Castillo de Templarios

Ponferrada - León - España

Se encuentra en una colina de 60 metros de altura, al borde de una meseta que domina el río Sil y ocupa una extensión de 8.000 metros cuadrados.

Es uno de los castillos más representativos de la vida del Temple y como arquitectura militar, uno de los modelos más bellos.

En su construcción se utilizaron materiales como tapial, cal y canto en sus muros y mampostería, entre otros materiales.

El Castillo de Ponferrada se encuentra en el cruce del Camino de Santiago entre León y Villafranca.

Originariamente fue un castro preromano y después una ciudadela romana.

La ciudadela fue asolada en el siglo IX y a partir del siglo XI fue reconstruida y fortificada.

Los reyes de León donaron Ponferrada a la "Orden del Temple" en el siglo XII, con la misión de socorrer a los peregrinos que pasaran por este territorio.

Comenzó a construirse en el siglo XI y perteneció a los templarios hasta que, en 1312 se disolvió la orden, pasando desde ese momento a la Corona de León.

Los Templarios, desde 1178, reforzaron y reedificaron el recinto amurallado, con fábrica de cal y canto, para proteger y custodiar a los peregrinos del Camino de Santiago y defender la entrada a la zona noroeste de la península.

Ésta quedó disuelta años después y ahí empezaron una serie de ampliaciones y reformas durante varios siglos. Ya que en el siglo XII sólo había una planta cuadrada.

Después de la disolución de la "Orden del Temple", su maestre hizo entrega de la fortaleza y villa al rey Fernando IV, que a su vez lo donó a su mayordomo, Pedro Fernández de Castro, Señor de Lemos y Sarria. Él, levantó la parte denominada Castillo Viejo, en la esquina norte de la cerca.

En este período sucedieron muchos acontecimientos que hicieron que el castillo retornara a la Corona. En 1486 era propiedad de los Reyes Católicos, después a los Osorio-Castro. Fue una época de grandes reformas debidas a necesidades defensivas.

Construyeron las Torres de Monclín, Cabrera, Malpica, la de la entrada y la de los Caracoles, la Barbacana, el puente levadizo, zona palaciega, torre de Malvecino y el Cubo Nuevo.

La Torre de Malvecino se fortaleció después y se construyó la de Juan Torres, la Coracha o Mina y sus baluartes.

En 1811, durante la ocupación francesa, el castillo se encontraba en perfectas condiciones. Incluso en uno de sus salones, los oficiales del regimiento de Monterrey ofrecieron un fabuloso baile en honor a las damas de Ponferrada. Posteriormente ordenaron su destrucción para evitar que cayera en manos francesas.

Después se hicieron otras incorporaciones como las caballerizas, en 1848.

Desde principios del siglo XX se han llevado a cabo en el Castillo de Ponferrada numerosas reformas y reparaciones que han contribuido a la complejidad del conjunto, tal y como se le conoce hoy.

Se accede a él por el sur, con una rampa que cruza el foso. Una hermosa puerta principal flaqueada por dos torreones unidos por un arco doble de medio punto y rematados con finas almenas te dan la bienvenida. Desde ahí se pasa al patio de armas donde, en su día, estuvieron las habitaciones de los soldados-monjes de la Orden del Temple.

Consta de un gran recinto poligonal con dobles y triples defensas formando barbacanas, torres, un gran patio bajo o albacar y estancias.

La fortaleza del castillo tiene doble línea de murallas con diversas torres como Malvecino, Malpica y Cabrera. A éstas, se accede cruzando un foso por un puente levadizo.

El espacio que lo separa de la última línea defensiva fue rellenado con escombros, que han creado un pasillo que sirve como mirador y que también se encuentra protegida con almenas.

El palacio tiene carácter de residencia, también se le llama casa grande. Sus muros no son tan gruesos y dispone de más puertas y ventanas que el resto de construcciones del Castillo.

Tiene varias dependencias como la sala rica, un mirador con azulejos, la sala de armas, una bodega, el salón, una capilla, las caballerizas, las celdas y los patios. Todo ello se encuentra en muy buen estado de conservación.

En la parte izquierda del patio de armas se encuentra la torre del homenaje, tiene varias entradas. Cuenta con un puente elevadizo y tiene una planta cuadrada y alcanza una altura de 24 metros. Aquí se conserva una valiosa y bella inscripción en latín:

“Si el Señor no protege la ciudad en vano vigila quien la guarda”.

En el interior del castillo hay un pozo que se usaba como aljibe para recoger agua de lluvia.

En general el castillo se encuentra en un estado bastante bueno, aunque cuenta con algunas zonas ruinosas.

Hoy día es propiedad del Ayuntamiento de Ponferrada y está destinado a usos culturales, recreativos y visitas turísticas.

Horario de Visitas:

De martes a sábado: mañana (10:30 a 13:30 horas) y tarde (16 a 19 horas); domingos: mañana. Hay cuatro turnos de visita. Cerrado domingos tarde y lunes. Se realizan visitas guiadas cada media hora en grupos de treinta personas.